sábado, 27 de agosto de 2011

La posmodernidad es parte de la modernidad.

Se trataría de una especie con el desencanto. Fórmula paradojal que nos recuerda que es más que una pérdida de ilusiones, la reinterpretación de los anhelos. De ser así, ese desencanto llamado posmodernidad no sería el triste final de un proyecto demasiado hermoso para hacerse realidad, sino, por el contrario, un punto de partida.

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